Biofiltración, sostenibilidad contra los malos olores

Los malos olores provocados por diversas actividades (industriales, explotaciones ganaderas, rellenos sanitarios, plantas de tratamientos de aguas residuales, etc.) son un tipo de contaminación ambiental. Aunque no llegue a ser tóxico, un mal olor es un agente contaminante que provoca desagrado, molestias respiratorias, alteraciones psicológicas, etc. Resulta evidente que los malos olores afectan al bienestar y la calidad de vida de las personas. Actualmente existen numerosos estudios de sistemas de biofiltración a escala laboratorio y planta piloto, utilizados para el tratamiento de solventes y diversos compuestos orgánicos volátiles, así como para la eliminación de aire contaminado con malos olores, tanto de interiores como de exteriores. Algunos olores están constituidos por una mezcla de diversos gases a muy bajas concentraciones, por lo que la cuantificación de la composición exacta de un olor es muy difícil.

Los olores, aunque no son tóxicos, generan un problema que sitúa a las empresas en la senda de solucionar el grave efecto en la calidad de vida de las personas. El sistema de biofiltros para el control ambiental de olores contribuye a mejorar los sistemas de eliminación de malos olores en plantas de tratamientos de residuos sólidos urbanos, incorporando nuevas tecnologías que permiten bajar los costes de inversión y explotación de este tipo de instalaciones a la vez que aseguran la mínima generación de residuos no valorizables.

BURES PROFESIONAL S.A. ha desarrollado diferentes biofiltros a partir de varios materiales que, con un tratamiento posterior en planta, podemos obtener materiales capaces de absorber los compuestos odoríferos y otros contaminantes desde la corriente de aire residual. Los microorganismos de vida libre que proliferan de manera natural sobre este material orgánico utilizan como fuente de nutrientes y energía estos compuestos, vía descomposición aerobia. Entre los diferentes materiales de Biofiltros en Burés Profesional podemos encontrar la turba gruesa, la fibra de coco, la astilla de madera, la corteza vegetal tratada, el brezo y la biomasa vegetal.

 

TURBA GRUESA

Material procedente de las turberas de Lituania y el Norte de Alemania, pasa por un proceso de selección  mediante cribado, en fracciones de granulometría gruesa de turbas rubias y negras, producto adecuado para su utilización como biofiltro. La granulometría de la turba, da la porosidad a medida que la partícula se hace más gruesa. Este procesado incrementa el área específica del material y permite una colonización más efectiva del medio por parte de los microorganismos. Al aumentar el área específica del material del lecho de biofiltración, se crea un gradiente de concentración en el biofilm (agrupaciones de gérmenes que se vuelven resistentes a los desinfectantes que tratan de eliminarlos), que mantiene un flujo continuo de masa, desde los componentes del gas hasta el biofilm húmedo.

FIBRA DE COCO

La fibra de coco se obtiene a partir del esocarpio del fruto del cocotero (Cocos nucifera), a través de un proceso de desfibrado y tamizado, que separa las fibras largas para su uso en la industria textil y que genera un subproducto a base de fibras cortas y partículas que puede ser aprovechado como lecho de biofiltración.

ASTILLAS DE MADERA
La astilla de pino tiende a buscar su grado de humedad de equilibrio higroscópico, en armonía con la humedad relativa y temperatura del medio ambiente. El contenido en agua de la astilla depende de la humedad relativa del aire, por lo que sus fluctuaciones influyen en sus cambios de humedad. La conductividad eléctrica de la madera depende esencialmente de su contenido de agua. La porosidad o volumen vacío de la astilla, varía mucho con la especie, dentro del propio individuo e incluso dentro de la misma pieza, aunque, las coníferas son comúnmente más porosas que las frondosas, con los poros más o menos uniformemente dispuestos.

CORTEZA VEGETAL TRATADA

En nuestra planta, la corteza de pino es seleccionada y acondicionada para asegurar las características idóneas para su utilización como lecho de biofiltración. Posteriormente se hace pasar por un exhaustivo proceso de calibración para asegurar una granulometría adecuada y homogénea muy importante para garantizar una correcta superficie de adsorción y la mínima resistencia a la circulación de gases.

BREZO

Se trata de un producto a base de biomasa vegetal 100% procedente de brezo, de alta eficiencia y vida útil, procedente de jardinería y limpiezas forestales. El brezo utilizado por BURÉS PROFESIONAL, S.A., se caracteriza por crecer en entornos sin cantidades significativas de gramíneas u otra vegetación, además de poseer una elevada porosidad que le proporciona una gran superficie de contacto con la corriente de aire residual, el brezo se utiliza para proporcionar un armazón de soporte para rellenar con medios orgánicos blandos, sobre todo turba. Es importante señalar que la parte valiosa del brezo como biolfiltro es la madera, no las hojas.

BIOMASA VEGETAL

La biomasa vegetal se caracteriza por una elevada porosidad que le proporciona una gran superficie de contacto con la corriente de aire residual. La diferencia entre la densidad real y aparente del material
(4 veces), da una idea de su capacidad percoladora efectiva. Opcionalmente, se pueden seleccionar especies vegetales concretas, para obtener un lecho de biofiltración específico. El caso más frecuente es el del brezo (Erica sp.), que es ampliamente utilizado en países como Reino Unido y Alemania, en sistemas mixtos brezo/ turba para abatir amonio.
El rendimiento y la vida útil de los biofiltros vienen marcados por el tipo de contaminante y su carga másica, así como las condiciones ambientales, aunque BURÉS PROFESIONAL S.A. recomienda como tiempo de uso fiable del material de relleno entre 3 y 5 años. Tras este periodo el material usado puede ser simplemente compostado sin ningún tipo de tratamiento especial.

Los biofiltros de BURÉS PROFESIONAL S.A., son una alternativa tecnológica respetuosa con el medio ambiente y se usan con éxito en las siguientes actividades: EDAR municipales, plantas de compostaje, vertederos, industria química, industria alimentaria, destilerías, industria tabaquera, industria papelera, industria farmacéutica, industria del mueble, aplicación de pinturas y recubrimientos, manufactura de resinas y curtido de pieles.

Si está interesado en esta tecnología sostenible, póngase en contacto con nuestro Departamento Técnico y le asesoraremos para saber qué tipo de Biofiltro es más eficaz para eliminar sus olores.

 

07 julio 2022
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